Cuenta ABC que «un equipo de científicos de la Universidad de Newcastle ha demostrado que poner nombres a las vacas aumenta la producción de leche … Y es que según el estudio, cuando se trata a una vaca de manera particular y se la llama con su propio nombre, se puede incrementar su producción de leche en más de 235 litros anualmente, además de mejorar su bienestar y su percepción con respecto a los seres humanos.»
Al tiempo, El Mundo publica la historia de una broma: «Hace 34 años, ‘The British Medical Journal‘ publicaba una carta en la que se afirmaba que los violonchelistas tenían más riesgo de sufrir irritación en sus testículos. Ahora, los autores de esa misiva remiten un nuevo comentario en el que reconocen que su declaración era completamente falsa.»
Si lees las dos al tiempo (y tienes vacas) como que te entra la duda de si ponerles nombre…