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¿Tres especies en vías de extinción?

Una de las fotos del día es la del portavoz de la Conferencia Episcopal con el panfleto de su nueva campaña, que mezcla embriones con felinos intentando influir en el debate social por medio de  una reducción al absurdo: la tautología – o gilipollez -de que se protege más a los irracionales que a la infancia. La iniciativa no tendrá probablemente más recorrido que recular discretamente a cambio de dinero público y demostrar, de paso, en qué se gastarán en el futuro esa pasta y la de la casilla del IRPF.  

Pero al margen del debate en términos racionales, donde cada cual es muy dueño, la cosa concreta de la campaña nos sirve para hablar de extinción. No la de los seres humanos (uno de los grandes problemas del siglo es la superpoblación) ni la del lince (que lo tiene crudo por mucho esfuerzo que pongan en Doñana) si no la de la influencia en la vida pública de la superstición. Aunque sea sólo un deseo.