El Tom Ripley de los libros de Highsmith es frío, inteligente y va ganando en estilo en cada entrega. El que interpretó en el cine Alain Delon es un envidioso que triunfa gracias a su falta de escrúpulos. El que encarnó Matt Damon es un antihéroe atractivo y enamorado que actúa por despecho. Y el de esta miniserie de Netflix se hace sospechoso a ojos de casi todos y resulta bastante torpe, chapucero y falto de mundo: un buscavidas con suerte.
Guste más o menos la adaptación y cómo se dibuja al protagonista, ya te habrá llegado el runrún de que la fotografía de Robert Elswit es brutal. Solo por eso merece la pena. Si necesitas razones adicionales, ahí van dos más: el descanso que supone su ritmo lento y que sale John Malkovich.
