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Pobres ricos pobres

 

A base de deuda pública y de recortar obligadamente en otras partidas de gasto, nos hemos sumado a la ola de subsidiar a la banca. Sin nacionalizaciones ni compra de acciones preferentes, ya que gozamos – dicen- del más saludable sistema bancario de Europa. Pero la crisis golpea el Ibex y, ante la duda, el ejecutivo decide reforzar la confianza a base de meter dinero en la ruleta de la fortuna.

Nos quedan un par de dudas. Como saber, por ejemplo,  si esa ingente cantidad de dinero es realmente necesaria, ya que los bancos españoles llevan ganados en lo que va de año más de 22.000 millones. Una cifra que está cerca del importe anunciado por Zapatero – 30.000 millones – como monto de la operación de rescate.

Y un imposible: conocer si esa inyección será empleada adecuadamente, tras ver el bochorno de los millones «volatilizados» en Martinsa como reparto de dividendos antes de declararse en suspensión de pagos o los fastos y contratos blindados (como el surrealista festín de Dexia y Fortis en Mónaco) con los que bancos y empresas en quiebra se han despedido de las vacas gordas.