Si yo fuera Hommer Simpson, me tomaría una cervecita sin preocupaciones al lado de la central nuclear de Springfield. Pero no es tan sencillo. En el enfrentamiento sobre la oportunidad de acabar con el parón nuclear, enconado y con posiciones absolutamente opuestas, está claro que algunos (o todos) no dicen la verdad. Y también es claro que no todo lo que dicen ambas partes es mentira.
De momento, los defensores de retomar la carrera nuclear se han apuntado el primer tanto: sacar el tema. Eso sí, no a petición popular si no gracias a las ¿inesperadas? declaraciones de personajes como Lovelock o algún ex-politico de ex-republicas ex-soviéticas y ex-rusas que luego va y recula. Abierto el hongo – digoooo, el melón – nos dan razones muy lógicas para el "sí, quiero" a la energía nuclear:
– Han crecido nuestros conocimientos y protocolos de seguridad.
– Es barata, eficiente, patriótica y da grandeur en tiempos de crisis y ausencia de suministro externo.
– Los combustibles fósiles, como su propio nombre indica, son cosa del pasado.
– Ni huele, ni sabe ni tiene color y, como los ambientadores, deja el aire limpio y con el frescor de los Urales de los Alpes.
Luego giras la cabeza y hay otros que dicen: "no, gracias". Y también tienen sus razones:
– El legado de basura letal bajo la alfombra de nuestros hijos, nietos, bisnietos, tataranietos….
– Las medidas de seguridad no son infalibles y menos si se extiende la fiebre por países con menos presión pública en esta materia (un futuro con 2.000, 3.000 centrales en el mundo…)
– No responde a criterios energéticos (hay alternativas, dicen) si no a deseos políticos y de las grandes corporaciones eléctricas y petroleras.
– Chernobyl. Razón que hasta ahora ponía punto en boca.
Así las cosas, y sin que haya trasiego de información fiable ni debate abierto entre el común de la gente, es decir, todos nosotros, da la sensación de que estamos en vía muerta. ¿Quién será el político que rompa el tabú nuclear? ¿Qué fuerza defenderá las barricadas contra el nuevo asalto de los fisionistas? Se admiten apuestas sobre si sigue el parón o empiezan a crecer centrales como setas, como hongos, como… a crecer centrales.