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El trueque de Chávez

No hay que negarle, al menos, la capacidad de sorpresa. La penúltima de Hugo Chávez es fomentar la economía del trueque, puesto de moda en algunos barrios de ciudades europeas como vuelta a un mercado más cercano y objeto de furibundas críticas cuando se impulsa desde el Estado

Lo cuenta así El País recogiendo que «en el Estado de Yaracuy se usa la lionza; en Miranda, el cimarrón; en Nueva Esparta, el guaiquerí; en Trujillo, el momoy; en Falcón, el zambo; en Sucre, el paria; en Zulia, el relámpago del catatumbo; en Lara, el tamunange; en Barinas, el ticoporo; y en Monagas, el turimiquire.

Quienes utilizan los mercados de trueque solidario fueron bautizados por el Gobierno como «prosumidores»: una aleación de productor, distribuidor y consumidor, desencantado del sistema capitalista.

El presidente Chávez ejemplificó el proceso de canje en uno de sus programas Aló, Presidente: «Si yo soy productor de cambures [plátanos] y llevo mis cambures allí, y al mismo tiempo me incorporo como productor y consumidor, a lo mejor cambio mis cambures por 10 zambos y esos 10 zambos me valen para llevarme unos tomates y un pollo. Soy prosumidor, estoy incorporado a ese mercado, un mercado socialista, de iguales, no hay un capitalista que explota a los demás».

Américo Mata, uno de los prosumidores que el mes pasado se estrenó en el uso del cimarrón, enfatizó la explicación del mandatario bolivariano: «Esto mismo lo hace el Gobierno revolucionario y el presidente Chávez con el mega trueque, que es darle petróleo a nuestros países hermanos para recibir a cambio maquinarias que fortalezcan la soberanía alimentaria».