A lo mejor se refieren FT, The Economist y ultras por el estilo a no poner en marcha desafíos (estos sí, aprobados y aún pendientes) como el Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, el Sistema Europeo de Reguladores Financieros o la sustitución de las herramientas del viejo Tratado de Lisboa que tan poco rédito han dado en una década.
En esa misma línea, Der Tagesspiegel reza: «A Zapatero le vendría bien algo más de humildad si se tienen en cuenta los desastrosos datos económicos de su país. Pues si sus propuestas llegaran realmente a aplicarse, incluso España tendría que temer las sanciones (…) Actualmente, para los miembros de la UE, se trata más bien de buscar una reducción coordinada de sus deudas.» Siempre que se trate de ahorrar en programas sociales, podríamos añadir. Para sanear las cuentas de los bancos, las empresas de automación, o para subvencionar la venta de coches no importa endeudarse un poquito, verdad, Angela?
¿Alguien más? Il Sole 24 Ore afirma que «para corregir los errores resulta sobre todo necesario comprender dónde resulta necesaria una política coordinada y dónde no existe ninguna necesidad de la misma.» Traducido del italiano: que dejemos en paz a los agentes económicos, que ellos ya saben cómo hacer para salir de la crisis sin la tutela de los gobiernos. Al fin y al cabo, son los mismos que nos metieron en ella, se sabrán el camino… Y todo eso sin empezar a gestionar el semestre. La que te espera, ZP.