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Invertir en solidaridad

Si deseas financiar alguno de esos negocios, puedes conocer a sus responsables, la cantidad que precisan, las fechas de devolución del préstamo y otros muchos detalles. No es necesario tener un gran capital: con 25 dólares ya puedes ser «inversor», aunque la devolución de tu préstamo no tendrá intereses. Frente a otros modelos de ayuda, Kiva no hace campañas generalistas y no pide a fondo perdido. Como ocurre en general con las experiencias de microcrédito, el nivel de impagados es cercano a cero y la morosidad en la devolución no llega al 3 por ciento.
 
Recuperado tu dinero, puedes volver a invertirlo en otros proyectos. Además, a diferencia de otras ONG, Kiva destina el importe íntegro de tu aportación a los emprendedores. ¿Cómo se financia? Admitiendo donaciones, voluntarias y directas, pero siempre al margen de los proyectos concretos.