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Una y trina

Por si el silencio no fuera poco elocuente, el presidente demora a febrero su aparición pública para hablar sobre el asunto, mientras que Ashton ocupa más tiempo en justificar su preferencia por pasar el fin de semana en Londres antes que poniendo el pie en Puerto Príncipe. La Alta Representante de Exteriores convoca ahora reuniones «de urgencia», dos semanas después del primer seísmo,  con el objetivo de enviar a la zona 240 efectivos policiales, para enseñar a los 14.000 americanos ya desplegados allí cómo se hacen la cosas.

Al tiempo, la vicepresidenta De la Vega es la encargada de representar y coordinar en nombre de la Unión el foro sobre Haití en Canada. Elogios por el rápido despliegue de efectivos de rescate nacionales, visita al país el 17 de enero y 430 millones de ayudas de los  27 son su bagaje hasta la fecha.

En Montreal se habla ya de la reconstrucción a medio plazo de la isla devastada por el terremoto. Los otros «representantes» de Europa aún están por enterarse de lo ocurrido. Aunque empiezan a darse cuenta de que el suelo se abre a sus pies y crecen las críticas – ya  nada veladas – de la Comisión y el Parlamento europeos.