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Dinero, dinero, dinero…

Bueno, al menos es rápido, en comparación con la inactividad de la Unión Europea en toda una semana desde que se produjo la catástrofe. Nadie les ha informado, al parecer, de que Obama ordenaba apenas una hora después del seísmo, poner sobre la isla ayuda económica (incrementada ahora hasta los 100 millones de dólares) y 10.000 soldados, lo que parece el anuncio de un «protectorado blando» para el futuro. ¿Será mucho?

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, ha sugerido a De la Vega la necesidad de que se establezca una misión de la UE en la zona,  si es capaz de poner a rodar una maquinaria burocrática bastante oxidada por la falta de uso. Ahora se despereza anunciando 100 millones de euros. ¿Será suficiente?

Lo cierto es que el  aldabonazo en forma de temblor de tierra no acaba de despertar los sentidos, adormecidos por lo visto en este año de crisis. Según Médicos del Mundo, la Ayuda Oficial al Desarrollo se ha visto mermada durante el pasado ejercicio y, en lugar de mejorar,  otros 90 millones de personas cayeron en la extrema pobreza (menos de 1,2 dólares al día para sobrevivir) durante 2009. Será que no hay más de donde sacar…

Ante la encomiable pero puntual ola de solidaridad con Haití, no está de más recordar que los cálculos de la FAO estiman en 44.000 millones de dólares el dinero necesario para salvar de la muerte por inanición a más de mil millones de personas en el planeta. Para ver la verdadera magnitud de estas cifras baste decir que las ayudas públicas a la banca  de los gobiernos europeos suman más de 10 billones de euros, el 31 por ciento del PIB, según los datos del profesor Emilio Carrillo. Dinero, dinero, dinero…