“Dylan y Allen Ginsberg visitando la tumba de Jack Kerouac en Lowell, Massachusetts. Miran las palabras escritas en la lápida: «Él honró la vida». En la secuencia más larga de Renaldo y Clara, participan en un distendido concurso de meadas sobre tumbas de escritores.
Cuando Dylan le pregunta si ha estado en la de Chéjov, Ginsberg dice que no, pero que ha estado en la de Mayakovsky, en Moscú. Dylan había visitado la tumba de Victor Hugo en París, pero Ginsberg había estado en la de Apollinaire, había colocado un ejemplar de Aullido en la de Baudelaire (naturalmente), y puede decirle a Dylan lo que está escrito en la tumba de Keats en Roma: «Aquí yace alguien cuya fama está escrita en el agua». (Ginsberg se equivoca en esto; es «nombre», no «fama», pero es contrario al espíritu de los románticos y los beats ser pedantes).
Cuando Ginsberg señala la tumba de Kerouac y le pregunta a Dylan si eso es lo que le va a pasar a él, Dylan dice que quiere ser enterrado en una tumba sin nombre”.
“Los últimos días de Roger Federer”, Geoff Dyer