Carta excéntrica

Casa de citas IV

Emma Engelmann fue una notable pianista que estudió con Clara Schumann y se convirtió en mentora muchos años después de otro pianista: Arthur Rubinstein, que gozaba con las anécdotas de los Schumann y su amigo Johannes Brahms.

Sus historias sobre la rudeza y el ingenio de Brahms me divirtieron en particular. Por ejemplo, me encantó la de un gran conocedor de vinos que invitó al compositor a cenar. «Este es el Brahms de mi bodega», dijo a sus invitados, sacando una botella cubierta de polvo y vertiendo un poco en el vaso del maestro. Brahms miró primero el color del vino, luego olió su aroma, finalmente tomó un sorbo y dejó la copa sin decir una palabra. «¿No te gusta?» preguntó el anfitrión. «Hmm», murmuró Brahms. «¡Mejor trae tu Beethoven!»

My young years, Artur Rubinstein