Basándose en distintos indicadores recogidos por organismos internacionales, el psicólogo social Adrian White ha trazado lo que denomina el "mapa de la felicidad mundial". Es una clasificación por países según el grado de felicidad que muestran sus habitantes junto a otros datos como la esperanza de vida, el acceso a la educación secundaria o sus niveles de renta. España ocupa el puesto 46 en la lista. Se pueden ver los datos de modo gráfico e "interactivo" en la página de la Universidad de Leicester.
De sus conclusiones, pues que se refuta la vieja máxima de que el dinero no da la felicidad, ya que poseerlo o no influye mucho en el ránking. Pero hay cosas reseñables: Centroeuropa desplaza al Mediterráneo como centro de la felicidad, pese a lo que podíamos pensar los despreocupados, amables y juerguistas latinos para quienes "no se vive en ningún sitio del mundo como aquí".
Sorprende poco que Canadá y Estados Unidos estén en puestos de cabeza (sobre todo teniendo en cuenta esos factores económicos de "corrección" que usa el estudio) y también parace lógico que en África sólo y haya cuatro o cinco países entre los 100 más felices del globo. El este de Europa (especialmente las repúblicas ex-soviéticas) tampoco sale muy favorecidas y quizás por la falta de datos – ya que la web no explica mucho al respecto – hay estados que van directamente al infierno.
Claro que viendo esa lista de parias del planeta no sería extraño que la verguenza haya impedido siquiera preguntar a los habitantes de Myanmar, Somalia, Irak, Afghanistan, Liberia o la Républica Árabe Saharaui Democrática cómo son de felices.