Carta excéntrica

Mickey en el campo (de concentración)

Gurs fue uno de los campos construidos en Francia para albergar a los refugiados republicanos y a los combatientes de las Brigadas Internacionales que huyeron de España en 1939.

Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, sus ochenta hectáreas se utilizaron como campo de concentración para ciudadanos de países considerados hostiles; después se internó allí a disidentes políticos, presos comunes y, tras la invasión nazi, a judíos enviados desde Alemania.

Uno de ellos, Horst Rosenthal, fue llevado a Gurs a finales de 1940. Estaría allí dos años y luego se le trasladó de un campo a otro hasta morir gaseado nada más llegar a Auschwitz II.

En el campo francés, los presos tenían cierta libertad de movimientos por el interior de las instalaciones y se les permitía dibujar. Rosenthal creo durante su estancia en Gurs tres cuadernillos, que aún se conservan, en los que reflejaba la vida cotidiana a través de un personaje muy conocido: Mickey Mouse.

Medio siglo antes de Maus, tenemos aquí otro ratón que dejó testimonio de la vida en aquel infierno. Así lo cuenta la edición en castellano hecha por Reino de Cordelia:

Mickey en el campo de Gurs, firmado y fechado en 1942, contiene quince ilustraciones en papel blanco y formato A5, encuadernados manualmente en cartón rojo troquelado con un redondel que deja ver una parte de la primera página, donde aparece la cabeza de Mickey. Es un fascículo hecho a mano, destinado sin duda a circular entre los prisioneros. En la cubierta puede leerse: «Publicado sin permiso de Walt Disney»”.

Su público eran los niños judíos que, como le ocurre al Mickey del comic, fueron arrestados y enviados al campo por el gobierno colaboracionista francés. El ratón habla de la detención, de su falta de papeles, del racionamiento, del mercado negro, de la censura y de la monotonía de la vida allí, rota por actividades tan emocionantes como pelar patatas o cavar zanjas.

La pista de esta historia sale de una impresionante exposición en Pamplona que exhibe uno de los ejemplares del comic, aunque está más centrada en otro fascinante personaje del campo de concentración: la enfermera Elsbeth Kasser, llamada el “ángel de Gurs” y mujer con una vida de película.